Llegados a un momento de nuestra vida, cuando sentimos que algo cada vez es más profundo, decidimos dar un gran salto y montar nuestra propia empresa. Es decir, decidimos emprender.
Yo personalmente, después de estar 6 años trabajando en centros diferentes, aprendiendo y recolectando experiencias, te das cuenta que te falta algo más, que tienes algo más para aportar al mundo. Ese es el momento donde una mujer decide emprender un viaje donde sabe lo que quiere pero no es consciente exactamente de adónde va.
Cada negocio, cada idea te aporta un crecimiento donde tu seguridad te ayuda a evolucionar y a compartir el movimiento interior que tienes con los demás. Realmente cuando una mujer lucha por lo que quiere su instinto, la hace crecer cada vez más. Su capacidad de observación la lleva a rectificar de los errores y a extender sus sensaciones hacia los demás.
En mi trabajo las mujeres adquieren la iniciativa en su crecimiento personal y su instinto maternal hace de una integración consciente a todo su entorno, apoyándose en la familia, y abierta a las ideas que puedan aportar los demás.
Realmente el éxito llega cuando la seguridad derrota el miedo.
De todas formas, hay muchos casos en los que las mujeres tenemos grandes ideas, ganas de emprender, pero nos falta un pequeño empujón. Para ello hay plataformas como Womenalia, la primera red social mundial de mujeres emprendedoras, donde 265.004 mujeres unidas, se ayudan a crecer mutuamente. Echa un vistazo.